FÚTBOL, ESPARTANOS Y ADAPTACIONES
‘CONTRA NATURA’
‘300: Los orígenes de un imperio’ se
estrena pese a no haber acabado Frank Miller el cómic en el que se basa y tras
la campaña ‘deportivocinematográfica’ impulsada por Enrique Cerezo
Muchos ya sabrán desde hace semanas del estreno de 300: El origen de un imperio que hoy
tiene lugar. Lo sabrán gracias a la alargada sombra de Enrique Cerezo. El
presidente que ha descabalgado al Atlético de Madrid de la senda de la pupa, para quien no lo sepa, es uno de
los hombres más poderosos del cine español. Comenzó allá por el 71 como
ayudante de cámara en la icónica y landista Vente a Alemania Pepe y ahora preside Mercury films, Enrique Cerezo Producciones -que distribuye esta película- y la EGEDA,
agrupación que reúne a varios de los más importantes productores españoles y
latinoamericanos, hasta donde uno conoce.
Por supuesto, Cerezo no ha soltado un duro en esta
producción pero sí se ha ocupado de la labor distributiva como se mencionaba anteriormente y,
por ello, hace unas semanas vimos a medio Atlético de Madrid -y unos cuantos
jugadores merengues también- acudir a su preestreno. Su clasificación genérica,
el espacio que ya ha ocupado en el tiempo deportivo de muchos informativos y
los nexos de su predecesora (300 (2006) con
la selección española de fútbol que acogieron sus proclamas en la celebración
de la Eurocopa de 2008 pueden espantar a muchos aficionados al cine aunque la
realidad parezca ser bien distinta.
300: El origen de un imperio se estrena hoy con buenas referencias críticas tras haber sufrido
un par de bandazos en lo que era su proyecto original, de ahí su tardía
factura, ocho años después de la exitosa cinta de Zach Snyder. Se cayó un
Gerard Butler que ha perdido bastante resplandor desde su ascensión al olimpo
hollywoodiense que le regaló su interpretación de Leónidas. Y más tarde fue el
propio Snyder quien rehusó dirigir la cinta por incompatibilidad con un
proyecto de campanillas como fue El hombre de acero (2013) y que, además, ha configurado el comienzo de una
grandilocuente fase-saga, similar a las llevadas a cabo por Marvel Studios, de la mano de DC que
continuará con Batman vs. Superman (2016).
No obstante, la prueba de la implicación de Snyder en el
film -lo que ya supone una garantía más que válida- la encontramos en la
producción que asume, junto a Legendary Pictures, Cruel and Inusual films,
productora que pertenece al propio Snyder y su mujer Deborah. Cruel and Inusual Films, asociada
con Warner Bros, ha auspiciado las cinco primeras cintas del director pero esta
es la primera ocasión en la que el cineasta de Wisconsin no se pone tras la
cámara. Lo hará un semidesconocido Noam Murro que sólo había firmado hasta la
fecha Gente inteligente (2008).
Anteriormente se había tanteado a Guy Ritchie y Jaume Collet-Serra, a priori,
con un perfil mucho más ad hoc. Con
todo, cabe apuntar que el director israelí rechazó la última entrega de La jungla de cristal -La jungla: Un buen día para morir (2013)- para hacerse con este
proyecto por la confianza que le mostró el propio Snyder.
Así, 300: El origen de un imperio se presenta como una cinta huérfana de grandes nombres pero
respaldada por buenas críticas y por este pequeño anecdotario en su desarrollo
que la hacen, cuando menos, atractiva. El electrónico y enérgico Junkie XL se
ha encargado de sonorizar esta nueva avalancha de impactantes imágenes rodadas con exceso de croma o green screen que busca acercar a
los más jóvenes relatos épicos o hasta mitológicos como los filmados en la Furia de titanes (1981) original, Ulises (1954) -primer trabajo, aunque no se acredite, del padre del Giallo Mario Bava-
o la propia antecesora de esta mini-saga: El
león de Esparta o The 300 spartans (1962), muy superiores a tostones contemporáneos como Troya o Alejandro Magno, ambas de 2004.
Con un director y un reparto desconocidos, la película apuesta por nuevas caras. Repite el modelo-actor brasileño Rodrigo Santoro en su rol más
conocido: el de Gerges. Protagoniza el australiano Sullivan Stapleton (al que
sólo hemos podido ver en secundarios como su papel de Animal Kingdom (2010) y le acompaña Eva Green, de quien nos habíamos
olvidado tras su debut en Soñadores (2003),
de Bertolucci, y su papel como chica Bond en Casino Royale (2006), pese a su comparecencia desde entonces en buenas
cintas como Franklyn (2008) o Perfect Sense (2011). Green ha debido convencer
al entorno de Frank Miller (autor, para quien lo desconozca, del cómic de 300, en el que se basa esta pequeña
saga) que ya la ha reclutado para la segunda parte de Sin city (2005), Sin City: Una dama por la que matar (2014), donde se podrá resarcir de esta ausencia de estrellas
mientras se arrima a los Josh Brolin, Rosario Dawson, Joseph Gordon-Levitt, Ray
Liotta, Mike Madsen…
Y es que nadie rechaza, hoy día, la llamada de este gurú de
la novela gráfica, sin duda, una de los máximos responsables de su definitivo
triunfo en la gran pantalla. Ni siquiera ha debido acabar su obra, titulada
Xerxes o Gerges, para trabajar en su adaptación cinematográfica como ya ocurrió
con Lionel Wigram y su moderno Sherlock Holmes, traducido al celuloide con
éxito por el anteriormente citado Guy Ritchie. Poco le ha importado a una
industria que parece ver en esta 300: Los orígenes de un imperio, una cinta menor dentro de su nuevo catálogo de
adaptaciones de la viñeta pero de la que seguramente espera unos cuantiosos
réditos por su antecesora, por la firma Miller y, en nuestro ámbito más
cercano, por el impagable impulso futbolero que ya ha recibido.
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